Caperucito Rojo y la Loba

Había una vez un niñito , el más bello, sensible y creativo que se hubiese visto, un poco tímido con las niñas. Su madre estaba enloquecida con él pues en la escuela no era el más obediente pero sí el que inventaba más artefactos y cuentos para jugar. Esto hacía que la profesora llenara la hoja de cuaderno con notas de incumplimiento, desobediencia e indisciplina. Además el niño cómo  era tan curioso  hacía muchas preguntas a su maestra. Un día se quedó con la boca abieorta mirando la plana en el tablero y dijo:
-Profe ¿por qué en lugar de escribir esa plana de “Daniela duda de su dado” no hacemos  un desbrumitilizador?  La profesora  quedó estupefacta cuando escuchó que todos los niños aplaudían la idea. Enfurecida  citó a una reunión de padres. La mamá de Caperucito fue angustiada. La profesora dijo:
-Mamá no aguanto más a su hijo, se la pasa irrespetándome, no es juicioso, no me hace caso, no sigue instrucciones, tiene unas ideas muy raras y extrañas. Yo estoy preocupada por él. Hay que ponerlo en cintura.
-¿Qué podemos hacer profesora?-le dijo la mamá
- Pues, querida mamá, es necesario asustar al niñito, es prudente para la formación de los hijos en esta edad que se les desarrolle el miedo. Además esto contribuirá a que sea  obediente y disciplinado.
Así pues que la mamá y la profesora se idearon un plan de contratar un lobo para que lo asustara. Llamaron a la agencia de lobos asustadores de niños y contrataron uno. En esta, señalaron que era preciso que el niño llevara una caperuza roja, pues a los lobos les gustaba seguir la tradición de comer, perdón, de asustar  a las Caperucitas Rojas. La mamá le dijo al niño:
-Te he  comprado un gran invento, una caperuza roja para que pases de incognito, es decir una capa casi que te vuelve invisible.
El niño no creyó  en eso pero pensó que esta capa podría tener otros usos, ya se los estaba imaginando. Se la puso, y se dio cuenta que en el colegio pocos se le acercaban y que las niñas, menos. Entonces, se alegró, pues él necesitaba mucho tiempo para sus inventos y poemas. Desde ese día todos le empezaron a llamar Caperucito Rojo
Un día su madre le dijo:
-Caperucito ve a llevarle esta medicina a tu profesora que está muy enferma. Ella vive atravesando el parque, mira la dirección. Pero ten cuidado con esa mansión,  en donde me han contado todavía hay lobos que asustan y hasta devoran a los niños.
Caperucito miró a la mamá con indulgencia, y pensó -pobre, ella todavía cree en los lobos.
-Bueno mamá tendré cuidado.
Se fue Caperucito con su libreta de apuntes porque quería no perderse ninguna idea que le surgiera , mientras iba a realizar el famoso favor. Llegó al parque, estaba solo y dirigió la mirada a la mansión, se puso a observarla detenidamente, hasta le saco algunas fotos. De repente se le apareció el lobo  con una presencia que dejó a Caperucito con la boca abierta, tenía unos leggins y botas negros, y una blusa ajustada.
-Hola Caperucito , como estás, para dónde vas, por qué me miras así. No has visto nunca una loba.
Caperucito se puso rojo como la Caperuza.
-          No, dijo tímido.
-          Me dijiste que ibas para donde la profesora a llevarle unos medicamentos.
-          No, dijo Caperucito sorprendido
-          Bueno, no importa, lo importante es que te propongo un juego  y el que pierda le lleva las medicinas a la profesora.
La loba entonces indico a Caperucito que en la mansión había un laberinto y que podría ser un poco miedoso, porque iban a jugar , a que te cojo ratón,  a que no gato ladrón. Es decir él iba a ser de ratón y ella de gata. A Caperucito le interesó mucho el laberinto, no estaba asustado, sino tímido con aquella lobita.  
Se pusieron a jugar, que te cojo por allí, que te cojo por aquí. Al niñito le encantó el juego, tanto que en par segundos , ya se sabía todos los caminos y resultó que el perseguido resultó perseguidor, y la loba se sentía herida en su orgullo, como así que un niñito la estaba persiguiendo. Caperucito gritaba riendo:
-Te cojo una pata, loba
-Te halo la cola loba
-Te tiro las orejas, loba.
La loba ya no daba más y se dio por vencida. El niñito se abalanzó sobre ella, y le hizo tantas cosquillas que la loba salió llorando de la risa.
-Toma, llévale las medicinas a la profesora y dile que busque mejores lobos para asustarme, le dijo Caperucito. La loba se puso enferma de rabia, pero dejó ir al insolente y prometió darle una lección.
Días después la loba inauguraba su mansión, llena de inventos. Mandó una invitación especial a Caperucito, este no tuvo el menor reparo de asistir. La velada estuvo magnifica habían de todos los inventos posibles superanestializadorizadores, los raptafloracidos, el bonbinefrobuilico. Caparecuto pensó que su desbrumitilizador podría ser exhibido, por eso dijo a la loba que quería hablarle. Esta se sorprendió porque precisamente ella también quería hablarle, o mejor comérselo, porque de ella nadie se burla. Así que al final del evento Caperucito se quedó solo con la loba. Esta que tenía un plan protímidez femenina, lo invito a sentarse. Este quería hablarle de su invento. Entonces ella estaba más bella que nunca, perfumada y con sus dientes afilados. Digamos que el niño estaba fascinado .   Ella dijo al niñito:
-Caperucito, Caperucito por qué tienes esos ojos tan grandes.
-Son para mirarte mejor lobita
-Caperucito, Caperucito por qué tienes esa sonrisa tan bella
-Es para que me veas más lindo  Lobita
-Capercuto, Caperucito por qué tienes esas manos tan finas
-Es para escribirte poemas de amor Lobita
La loba se ruborizó, su corazón estaba latiendo, no podría ser, qué estaba haciendo ese niñito. La idea es que él se pusiera tan rojo y tan tímido que ella de un salto lo derribaría y se lo comería. Ahora que haría.
La loba se recompuso.
-Caperucito, Caperucito sabes por qué tengo esta boca tan grande.
El niño salió corriendo y la loba salió detrás de él, quería devorarlo. Ya habían dado tantas vueltas que estaban agostados. La loba saco un pañuelo blanco así que Caperucito se acercó sigiloso y le dijo:
Loba no me comas, seamos socios. No trabajes más en asustar a los niños. Yo tengo un gran invento llamado desbrumitilizador .
-Y que hace ese desbru… no sé qué…
-Es lo que tú quieras que sea. Es lo que cada niñito quiere que sea. Este vuelve a los niños creativos y nada miedosos dijo Caperucito. Asi que cuando te llame la profesora para asustar a los niños, tú los recibes para inventar.
-Qué gran idea Caperucito, acepto ser tu socia. Pero Caperucito de vez en cuando te puedo dar un mordisco?
Caperucito mostró sus dientes filudos y le dio un mordisco, la loba hizo lo mismo.




Comentarios

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

El rey de la salsa Un libro para saborear Pedro Baquero Masmela

Biofilia y otros asuntos importantes del amor

Advertencia