Déjame en esta soledad cerrada y muda en esta noche de alas mutiladas de recortadas lunas. Déjame recorriendo los caminos sin mapas, sin augurios sin certezas, sin ninguna señal de tus pasos sobre la hierba. Siémbrame en esta noche de lugar sin límites, de árboles florecientes de ahorcados, de viejas que me saborean los senos. Déjame sin voz, sin dolor, sin la superstición del amor. Enciérrame en ese mundo donde metiste a la noche y haz como la buena desesperanza, entiérrame las agujas hasta los huesos y permite que te pierda para siempre.