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Mostrando entradas de marzo, 2011

Mis poetas José Marti

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Versos Sencillos Yo soy un hombre sincero De donde crece la palma. Y antes de morirme quiero Echar mis versos del alma. Yo vengo de todas partes, Y hacia todas partes voy: Arte soy entre las artes, En los montes, monte soy. Temblé una vez –en la reja, A la entrada de la viña.— Cuando la bárbara abeja Picó en la frente a mi niña. Gocé una vez, de tal suerte Que gocé cual nunca: --cuando La sentencia de mi muerte Leyó el alcalde llorando. Yo he visto al águila herida Volar al azul sereno, Y morir en su guarida La víbora del veneno. Yo sé bien que cuando el mundo Cede, lívido, al descanso, Sobre el silencio profundo Murmura el arroyo manso. Yo he puesto la mano osada De horror y júbilo yerta, Sobre la estrella apagada Que cayó frente a mi puerta. Oculto en mi pecho bravo La pena que me lo hiere: El hijo de un pueblo esclavo Vive por él, calla, y muere. V Si ves un monte de espumas, Es mi verso lo que ves: Mi verso es un monte, y es Un abanico de plumas. Mi verso es como un puñal Que por

MIS POETAS. PABLO MILANES

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MIS POETAS. JAIME SABINES

La luna se puede tomar a cucharadas o como una cápsula cada dos horas. Es buena como hipnótico y sedante y también alivia a los que se han intoxicado de filosofía. Un pedazo de luna en el bolsillo es mejor amuleto que la pata de conejo: sirve para encontrar a quien se ama, para ser rico sin que lo sepa nadie y para alejar a los médicos y las clínicas. Se puede dar de postre a los niños cuando no se han dormido, y unas gotas de luna en los ojos de los ancianos ayudan a bien morir. Pon una hoja tierna de la luna debajo de tu almohada y mirarás lo que quieras ver. Lleva siempre un frasquito del aire de la luna para cuando te ahogues, y dale la llave de la luna a los presos y a los desencantados. Para los condenados a muerte y para los condenados a vida no hay mejor estimulante que la luna en dosis precisas y controladas. Luna. Jaime Sabines

Juan Gelman

No debiera arrancarse a la gente de su tierra o país, no a la fuerza. La gente queda dolorida, la tierra queda dolorida. Nacemos y nos cortan el cordón umbilical. Nos destierran y nadie nos corta la memoria, la lengua, las calores. Tenemos que aprender a vivir como el clavel del aire, propiamente del aire. Soy una planta monstruosa. Mis raíces están a miles de kilómetros de mí y no nos ata un tallo, nos separan dos mares y un océano. El sol me mira cuando ellas respiran en la noche, duelen de noche bajo el sol. AUSENCIA DE AMOR Cómo será pregunto. Cómo será tocarte a mi costado. Ando de loco por el aire que ando que no ando. Cómo será acostarme en tu país de pechos tan lejano. Ando de pobrecristo a tu recuerdo clavado, reclavado. Será ya como sea. Tal vez me estalle el cuerpo todo lo que he esperado. Me comerás entonces dulcemente pedazo por pedazo. Seré lo que debiera. Tu pie. Tu mano.

MIS POETAS . FEDERICO GARCÍA LORCA

ROMANCE SONÁMBULO A Gloria Giner y a Fernando de los Ríos Verde que te quiero verde. Verde viento. Verdes ramas. El barco sobre la mar y el caballo en la montaña. Con la sombra en la cintura ella sueña en su baranda, verde carne, pelo verde, con ojos de fría plata. Verde que te quiero verde. Bajo la luna gitana, las cosas le están mirando y ella no puede mirarlas. * Verde que te quiero verde. Grandes estrellas de escarcha, vienen con el pez de sombra que abre el camino del alba. La higuera frota su viento con la lija de sus ramas, y el monte, gato garduño, eriza sus pitas agrias. ¿Pero quién vendrá? ¿Y por dónde...? Ella sigue en su baranda, verde carne, pelo verde, soñando en la mar amarga. * Compadre, quiero cambiar mi caballo por su casa, mi montura por su espejo, mi cuchillo por su manta. Compadre, vengo sangrando, desde los montes de Cabra. Si yo pudiera, mocito, ese trato se cerraba. Pero yo ya no soy yo, ni mi casa es ya mi casa. Compadre, quiero mori

Los poemas de Walsh cantados por Mercedes Sosa. Homenaje a las dos mujeres que ya se fueron.

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Mis poetas: María Elena Walsh

Como La Cigarra María Elena Walsh Composición: María Elena Walsh Tantas veces me mataron, tantas veces me morí, sin embargo estoy aqui resucitando. Gracias doy a la desgracia y a la mano con puñal porque me mató tan mal, y seguí cantando. Cantando al sol como la cigarra después de un año bajo la tierra, igual que sobreviviente que vuelve de la guerra. Tantas veces me borraron, tantas desaparecí, a mi propio entierro fui sola y llorando. Hice un nudo en el pañuelo pero me olvidé después que no era la única vez, y volví cantando. Tantas veces te mataron, tantas resucitarás, tantas noches pasarás desesperando. A la hora del naufragio y la de la oscuridad alguien te rescatará para ir cantando. Serenata Para La Tierra de Uno María Elena Walsh Composición: María Elena Walsh Porque me duele si me quedo pero me muero si me voy, por todo y a pesar de todo, mi amor, yo quiero vivir en vos. Por tu decencia de vidala y por tu escándalo de sol, por tu verano con jazmines, mi amor, yo quiero vivir e

Mis poetas: Fernando Pessoa

No creo en Dios porque nunca lo he visto. Si él quisiera que yo creyese en él vendría sin duda a hablar conmigo, y cruzada mi puerta, casa adentro, me diría: ¡Aquí estoy! (Esto tal vez suene ridículo al oído de quien, por no saber qué sea el mirar a las cosas, no entiende al que habla de ellas con el modo de hablar que el fijarse en ellas nos enseña.) Pero si Dios es las flores y los árboles y los montes y el luar y el sol, entonces creo en él, entonces creo en él a todas horas y mi vida entera es una oración y misa y una comunión con los ojos y por los oídos. Pero si Dios es las flores los árboles y los montes y el luar y el sol, ¿por qué llamarle Dios ? Le llamo flores y árboles y sol y luar y montes; porque si él se hizo, para que yo lo viese, sol y luar y montes y árboles y flores, si ante mí aparece como árboles y montes y luar y sol y flores es porque quiere que yo lo conozca como árboles y montes y flores y luar y sol. Y por eso, obedezco (¿qué mas sé yo de Dios que Dios no

Mis poetas: Piedad Bonet

DE CÍRCULO Y CENIZA Tu boca viene a mí, sólo tu boca. Viene volando, libélula de sangre, llamarada que enciende ésta mi noche de ceniza. Toda la sal del mar habita en ella, todo el rumor del mar, toda la espuma. Boca para los besos dibujada, donde duerme tu lengua tentadora. Todo el vino del mundo está en tu boca, todo el pecado y la inocencia toda. Boca que calla y cuando dice, oculta. Capaz de toda la verdad tu boca, de toda la verdad y la mentira. Ríe tu boca y se despierta el día. (Relámpagos de nieve hay en tu risa). Como un tropel de potros me atropellan los besos de tu boca deliciosa; tu boca, mariposa equivocada, tu boca ajena que se desdibuja en mi noche de círculo y ceniza. LABERINTO Condenada a ser sombra de tu sombra, a soñar con tu nombre en cada madrugada. Por la ventana abierta un olor errabundo de vida, -¿y tú en que calle?- un temblor en la luz, el llanto de algún niño. Y tus ojos cerrados, o tus ojos abiertos como dos golondrinas, y tu mano en el agua o tu mano en tu

Mis poetas: Pablo Neruda

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Llénate de mí Llénate de mí. Ansíame, agótame, viérteme, sacrifícame. Pídeme. Recógeme, contiéneme, ocúltame. Quiero ser de alguien, quiero ser tuyo, es tu hora. Soy el que pasó saltando sobre las cosas, el fugante, el doliente. Pero siento tu hora, la hora de que mi vida gotee sobre tu alma, la hora de las ternuras que no derramé nunca, la hora de los silencios que no tienen palabras, tu hora, alba de sangre que me nutrió de angustias, tu hora, medianoche que me fue solitaria. Libértame de mí. Quiero salir de mi alma. Yo soy esto que gime, esto que arde, esto que sufre. Yo soy esto que ataca, esto que aúlla, esto que canta. No, no quiero ser esto. Ayúdame a romper estas puertas inmensas. Con tus hombros de seda desentierra estas anclas. Así crucificaron mi dolor una tarde. Libértame de mí. Quiero salir de mi alma. Quiero no tener límites y alzarme hacia aquel astro. Mi corazón no debe callar hoy o mañana. Debe participar de lo que toca, debe ser de metales, de raíces, de alas. No pued

Mis poetas: Aida Elena Párraga

Yo he visto a una mujer nacer del agua con el vientre cargado de promesas, con el mundo retozando en sus espaldas. He visto sus ojos que imaginan un fruto cayendo de su cuerpo rodando por veredas y caminos creciendo con raíces arraigadas en su pecho. Yo sentí en la piel la sonrisa y el presagio, la dulce lágrima en la explosión del universo, la esperanza de unas alas que se gestan aprendiendo a volar entre sus sueños. Yo he visto a una mujer iluminando el mundo con su vientre único faro que la guía único asidero a su presente… Extraña es de ser tierra la alegría y de un satélite amando su creciente. Yo he visto a una mujer nacer del agua con el mundo ensanchándole el ombligo, como dulce granada que madura, preparando su carne al sacrificio. Dónde están mis ganas de decir tu cuerpo De hablar de tus olores? de tus fuegos Dónde la necesidad de decirte amor: “te quiero” Te quiero amor tan dentro. Donde el contarte que me siento hogar Volcán, ausol, fuego de invierno Con solo imaginar tus l

Mis poetas: Mario Benedetti

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Corazón coraza Porque te tengo y no porque te pienso porque la noche está de ojos abiertos porque la noche pasa y digo amor porque has venido a recoger tu imagen y eres mejor que todas tus imágenes porque eres linda desde el pie hasta el alma porque eres buena desde el alma a mí porque te escondes dulce en el orgullo pequeña y dulce corazón coraza porque eres mía porque no eres mía porque te miro y muero y peor que muero si no te miro amor si no te miro porque tú siempre existes dondequiera pero existes mejor donde te quiero porque tu boca es sangre y tienes frío tengo que amarte amor tengo que amarte aunque esta herida duela como dos aunque te busque y no te encuentre y aunque la noche pase y yo te tenga y no. No te salves No te quedes inmóvil al borde del camino no congeles el júbilo no quieras con desgana no te salves ahora ni nunca no te salves no te llenes de calma no reserves del mundo sólo un rincón tranquilo no dejes caer los párpados pesados como juicios no te quedes sin labi

Mis poetas: Idea Vilariño

Amor Amor desde la sombra desde el dolor amor te estoy llamando desde el pozo asfixiante del recuerdo sin nada que me sirva ni te espere. Te estoy llamando amor como al destino como al sueño a la paz te estoy llamando con la voz con el cuerpo con la vida con todo lo que tengo y que no tengo con desesperación con sed con llanto como si fueras aire y yo me ahogara como si fueras luz y me muriera. Desde una noche ciega desde olvido desde horas cerradas en lo solo sin lágrimas ni amor te estoy llamando como a la muerte amor como a la muerte. Lo que siento por ti es tan difícil... Lo que siento por ti es tan difícil. No es de rosas abriéndose en el aire, es de rosas abriéndose en el agua. Lo que siento por ti. Esto que rueda o se quiebra con tantos gestos tuyos o que con tus palabras despedazas y que luego incorporas en un gesto y me invade en las horas amarillas y me deja una dulce sed doblada. Lo que siento por ti, tan doloroso como pobre luz de las estrellas que llega dolorida y fatigad

Mis poetas: Pedro Salinas

La forma de querer tú... La forma de querer tú es dejarme que te quiera. El sí con que te me rindes es el silencio. Tus besos son ofrecerme los labios para que los bese yo. Jamás palabras, abrazos, me dirán que tú existías, que me quisiste: Jamás. Me lo dicen hojas blancas, mapas, augurios, teléfonos; tú, no. Y estoy abrazado a ti sin preguntarte, de miedo a que no sea verdad que tú vives y me quieres. Y estoy abrazado a ti sin mirar y sin tocarte. No vaya a ser que descubra con preguntas, con caricias, esa soledad inmensa de quererte sólo yo. Ayer te besé en los labios... Ayer te besé en los labios. Te besé en los labios. Densos, rojos. Fue un beso tan corto, que duró más que un relámpago, que un milagro, más. El tiempo después de dártelo no lo quise para nada ya, para nada lo había querido antes. Se empezó, se acabó en él. Hoy estoy besando un beso; estoy solo con mis labios. Los pongo no en tu boca, no, ya no... -¿Adónde se me ha escapado?-. Los pongo en el beso que te di ayer, en

Mis poetas: Darío Jaramillo Agudelo

Podría perfectamente suprimirte de mi vida, no contestar tus llamadas, no abrirte la puerta de la casa, no pensarte, no desearte, no buscarte en ningún lugar común y no volver a verte, circular por calles por donde sé que no pasas, eliminar de mi memoria cada instante que hemos compartido, cada recuerdo de tu recuerdo, olvidar tu cara hasta ser capaz de no reconocerte, responder con evasivas cuando me pregunten por ti y hacer como si no hubieras existido nunca. Pero te amo. Yo huelo a ti. Me persigue tu olor, me persigue y me posee. No es este olor un perfume sobrepuesto sobre ti, no es el aroma que llevas como una prenda más: es tu olor más esencial, tu halo único. Y cuando, ausente, mi vacío te convoca, una ráfaga de ese aliento me llega del lugar más tierno de la noche. Yo huelo a ti y tu olor me impregna después de estar juntos en el lecho, y ese fino aroma me alimenta, y ese aliento esencial me sustituye. Yo huelo a ti.

Mis poetas: Gioconda Belli

Amor de frutas Déjame que esparza manzanas en tu sexo néctares de mango carne de fresas; Tu cuerpo son todas las frutas. Te abrazo y corren las mandarinas; te beso y todas las uvas sueltan el vino oculto de su corazón sobre mi boca. Mi lengua siente en tus brazos el zumo dulce de las naranjas y en tus piernas el promegranate esconde sus semillas incitantes. Déjame que coseche los frutos de agua que sudan en tus poros: Mi hombre de limones y duraznos, dame a beber fuentes de melocotones y bananos racimos de cerezas. Tu cuerpo es el paraíso perdido del que nunca jamás ningún Dios podrá expulsarme. De la mujer al hombre Dios te hizo hombre para mí. Te admiro desde lo más profundo de mi subconsciente con una admiración extraña y desbordada que tiene un dobladillo de ternura. Tus problemas, tus cosas me intrigan, me interesan y te observo mientras discurres y discutes hablando del mundo y dándole una nueva geografía de palabras Mi mente esta covada para recibirte, para pensar tus ideas y d

Mis poetas: Dulce María Loinaz

Amor que llegas tarde, tráeme al menos la paz: Amor de atardecer, ¿por qué extraviado camino llegas a mi soledad? Amor que me has buscado sin buscarte, no sé qué vale más: la palabra que vas a decirme o la que yo no digo ya... Amor... ¿No sientes frío? Soy la luna: Tengo la muerte blanca y la verdad lejana... —No me des tus rosas frescas; soy grave para rosas. Dame el mar... Amor que llegas tarde, no me viste ayer cuando cantaba en el trigal... Amor de mi silencio y mi cansancio, hoy no me hagas llorar. SI ME QUIERES Si me quieres, quiéreme entera, no por zonas de luz o sombra... Si me quieres, quiéreme negra y blanca. Y gris, y verde, y rubia, y morena... Quiéreme día, quiéreme noche... ¡Y madrugada en la ventana abierta! Si me quieres, no me recortes: ¡Quiéreme toda... O no me quieras!

Mis poetas: Oliverio Girondo

Llorar a lágrima viva... Llorar a lágrima viva. Llorar a chorros. Llorar la digestión. Llorar el sueño. Llorar ante las puertas y los puertos. Llorar de amabilidad y de amarillo. Abrir las canillas, las compuertas del llanto. Empaparnos el alma, la camiseta. Inundar las veredas y los paseos, y salvarnos, a nado, de nuestro llanto. Asistir a los cursos de antropología, llorando. Festejar los cumpleaños familiares, llorando. Atravesar el África, llorando. Llorar como un cacuy, como un cocodrilo... si es verdad que los cacuíes y los cocodrilos no dejan nunca de llorar. Llorarlo todo, pero llorarlo bien. Llorarlo con la nariz, con las rodillas. Llorarlo por el ombligo, por la boca. Llorar de amor, de hastío, de alegría. Llorar de frac, de flato, de flacura. Llorar improvisando, de memoria. ¡Llorar todo el insomnio y todo el día! Cansancio Cansado. ¡Sí! Cansado de usar un solo bazo, dos labios, veinte dedos, no sé cuántas palabras, no sé cuántos recuerdos, grisáceos, fragmentarios. Cansado,