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Mostrando entradas de julio, 2010

Amalia, la niña de los colores

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Amalia, la niña de los colores Clara Inés Cuervo Mondragón Desde que nació Amalia, sus padres cada año le regalaban colores. Las personas la conocían como la niña de los colores. Ella, los lucía a todas horas, en todo lugar, con todos y con todo; no quería más, ni tenía más sino sus resplandecientes colores. Un día, el día enfermó y con él la luz. La única que tenía colores era Amalia. Pero, ella los guardó en un baúl por temor a que se los quitaran. Todas las personas, seres vivos, lugares empezaron a languidecer. Los padres de Amalia le rogaron que sacara sus colores, ella se negó hacerlo. La niña empezó a quedarse blanca como un papel, aun así no sacaba sus colores. Sus muñecos y sus amigos estaban pálidos y ya no querían jugar. La niña lloró tanto - que llegó a la mamá más barata la cuenta del agua - No quiso volver al colegio, ni siquiera al parque. Contempló, por mucho tiempo, su rostro
Cada día me admiro de poder sentir mis manos, mi piel, de respirar, oler, de poder contemplar el enigma de las flores, de caminar en las noches y sentir la luna acompañando mis pasos. En verdad estoy feliz de estar aqui.. en este momento, en este sitio, con estos seres. Es maravilloso. Los dejó con el poeta Fernando Pessoa: Una parte de uno de los poemas de su Heteronimo Alberto Caeiro Si Dios es las flores y los árboles, Los montes, el sol y el claro de luna, Entonces creo en él, Creo en él a todas horas, Toda mi vida es oración y misa, Una comunión con los ojos y los oídos. Pero si Dios es los árboles y las flores, Los montes, la luna, el sol, ¿Para qué lo llamo Dios? Lo llamo flores, árboles, montes, luna, sol. Si él se ha hecho, para que yo lo vea, Sol y luna y flores y árboles y montes, Si él se me presenta como árbol y monte Y claro de luna y sol y flor, Es porque quiere que yo lo conozca Como árbol, monte, luna, sol, flor. Y yo lo obedezco (¿Sé yo más de Dios que Dios de sí mism

Poema a la vida de Manuel Bandeira, poeta brasilero

Quiero dedicar este poema a todos los seres que me acompañan en la vida Luigi, marce, Silenia, Naty, Gla, Er, mi amiga Martha y mis amigos Roberto, Jorge, mis niñas del Canada, y mi hermanita y a todos mis compañeros, estudiantes... Madrigal Melancólico Lo que yo adoro en ti No es tu belleza. La belleza es en nosotros donde existe. La belleza es un concepto. Y la belleza es triste. No es triste en sí, Sino porque hay en ella de fragilidad e incertidumbre. Lo que yo adoro en ti. No es tu inteligencia. No es tu espíritu sutil, Tan ágil y tan luminoso. -Ave libre en el cielo matutino de la montaña. No es tu ciencia Del corazón de los hombres y las cosas. Lo que yo adoro en ti No es tu gracia musical, Sucesiva y renovada a cada momento, Gracia aérea como tu propio pensamiento, Gracia que perturba y que satisface. Lo que yo adoro en ti No es la madre que ya perdí. No es la hermana que ya perdí. Y mi padre. Lo que yo adoro en tu naturaleza No es el profundo instinto maternal En tu flanco abi

Biofilia y otros asuntos importantes del amor

Paulo Freire, pedagogo latinoamericano, en su texto Pedagogía del oprimido, hace referencia a dos palabras : necrofilia y biofilia. La primera dice el autor brasilero es cuando las personas adoran la muerte y niegan la vida. Esto se evidencia cuando momificamos la vida, cuando la volvemos objeto, cosa y aún cuando al cosificarla nos adjudicamos ser propietarios de ella. Los seres vivos, entre ellos los seres humanos desde esta perspectiva son considerados objetos de acomodo, de diversión , de satisfacción, nunca seres iguales, otros que tiene iguales derechos que nosotros. Por el contrario la segundo, la biofilia, es el amor a la vida, a lo dinámica, a la transformación, al cambio, a la creación. Desde la biofilia los otros seres humanos, son personas potenciales de crear y transformar el mundo. Por ello, se impulsa en ellos el caracter creador. Con esta intención de crear vida, de sentir vida, de amar vida creo este blog. Clara