Vas a llover fuerte,
a fecundarte desde el oído al ombligo.
Nacerás en tiempo presente,
desprestigiando la depresión
de la hora que acontece
Y esta ansiedad del minuto
-siempre adelante de tus pies-
Por suerte también
deshonrarás mi poema
que está en futuro.
Aunque tu lector de mi virtualidad
estés como yo en tiempo presente.
Anunciarás la vida,
arrancando ralladuras rojas
a la arbolada de nubes cenicientas,
resurgirás castrando
los testículos de los detentores del amor.
Gritarás con tus pechos -
frutas silvestres-
la fe que nos hace falta
A ti lector y a mí
para dar por comenzada
otra humanidad:
Desorden de linealidad de tiempos,
espacios en bricolaje.
Anegarás la negación de tu lluvia
Y la mía.
Descreerás las razones
para no echar por la borda las voces,
los silencios, nuestra conjugación de sueños,
los suspiros, la delicada alcalización de la vida,
la aplicación de lágrimas y el frenesí de tus manos.
Recurrirás sin prisa a esta piel solo tuya.
Todos seremos otros y más tú y más yo
porque de tanto lluvia somos sol
y de sol hemos nacido.
Cuando la humanidad se enteré
de este milagro, ocurriremos lo sé,
aunque yo no esté, ni tu lector tampoco
si tú el de mi poema lo hace,
seremos tres los que lloveremos a cántaros
en la delicia del verdor
de los dioses terrenos.

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