SILENCIAR LOS SONIDOS
En este hoy de relámpago requerimos de silencio,
silenciar las libidos innecesarias,
las tarjetas de crédito, los carros de mercado.
Inarticular las voces de las cajeras,
los banqueros, el coreador del almuerzo.
Insonorizar el taconeo de los Caprino, el aplauso febril de la fanaticada,
los biarticulados con su sirena de viandantes ciegos.
Enmudecer las ráfagas de cuerpos diseminados
en aceras, ascensores, peluquerías.
Alterar de oído el trabajo de los mendicantes, sabios de lo público.
Requerimos de silencio profundo, íntimo, corporal
que nada delate nuestra presencia.
Ser leves, volar terrenamente sin metafísica, ni ciencia.
No aguanto los sonidos de la pesadez,
esta mujer viene cargada con su barniz
de televisión y su endémica agiotista.
Él con sus días de jefe, contagiado de burla, desprecio y arrogancia.
Requerimos nombrar el silencio como recodo de vida.
No confundir su nombre ni olvidarlo,
Quiero silencio para hablar contigo,
sencillamente.
En este hoy de relámpago requerimos de silencio,
silenciar las libidos innecesarias,
las tarjetas de crédito, los carros de mercado.
Inarticular las voces de las cajeras,
los banqueros, el coreador del almuerzo.
Insonorizar el taconeo de los Caprino, el aplauso febril de la fanaticada,
los biarticulados con su sirena de viandantes ciegos.
Enmudecer las ráfagas de cuerpos diseminados
en aceras, ascensores, peluquerías.
Alterar de oído el trabajo de los mendicantes, sabios de lo público.
Requerimos de silencio profundo, íntimo, corporal
que nada delate nuestra presencia.
Ser leves, volar terrenamente sin metafísica, ni ciencia.
No aguanto los sonidos de la pesadez,
esta mujer viene cargada con su barniz
de televisión y su endémica agiotista.
Él con sus días de jefe, contagiado de burla, desprecio y arrogancia.
Requerimos nombrar el silencio como recodo de vida.
No confundir su nombre ni olvidarlo,
Quiero silencio para hablar contigo,
sencillamente.
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