LECTURAS Y ESCRITURAS VIVIDAS: UNA FORMACIÓN DE SENTIDO
Por Clara Inés Cuervo Mondragón Sonidos, mis primeras lecturas D i mis primeros pasos de lectora del mundo e n una casa del centro de Bogotá, sus sonidos fueron mi texto escrito: bulla de pericos, restregar de pisos, crispar del fuego de carbón, ecos de patio a patio, gotas sobre el tejado, choque de la lluvia en la baldosa, cacerolas de agua en la tina, risas y gritos de padres, tíos, hermanos y abuela. Como lectora de la palabra escuché canciones, rondas, adivinanzas, retahílas: Chivito no quiere salir del rincón ya saldrá, saldrá chivito, ya saldrá de aquel rincón . Me gustaba escuchar Arroz con leche, Tengo una muñeca, La farolera . Jugué y canté muchas rondas. Escuché historias no de las bocas de mi abuela o mis padres sino de una colección de cuentos por audio. Estos eran magia en los oídos, las palabras se volvían luz, me envolvían, me hacían viajar en el sonido; yo iba en el viento siendo música y fantasía: ...