Mis poetas: Fernando Pessoa
No creo en Dios porque nunca lo he visto.
Si él quisiera que yo creyese en él
vendría sin duda a hablar conmigo,
y cruzada mi puerta, casa adentro,
me diría: ¡Aquí estoy!
(Esto tal vez suene ridículo al oído
de quien, por no saber qué sea el mirar a las cosas,
no entiende al que habla de ellas
con el modo de hablar que el fijarse en ellas nos enseña.)
Pero si Dios es las flores y los árboles
y los montes y el luar y el sol,
entonces creo en él,
entonces creo en él a todas horas
y mi vida entera es una oración y misa
y una comunión con los ojos y por los oídos.
Pero si Dios es las flores los árboles
y los montes y el luar y el sol,
¿por qué llamarle Dios ?
Le llamo flores y árboles y sol y luar y montes;
porque si él se hizo, para que yo lo viese,
sol y luar y montes y árboles y flores,
si ante mí aparece como árboles y montes
y luar y sol y flores
es porque quiere que yo lo conozca
como árboles y montes y flores y luar y sol.
Y por eso, obedezco
(¿qué mas sé yo de Dios que Dios no sepa de sí mismo?).
Le obedezco al vivir tan espontáneamente
como quién abre los ojos y ve,
y le llamo luar y sol y flores y árboles y montes,
y le amo sin pensar en él,
y lo pienso al ver y oír,
y ando con él a todas horas.
AUTOR: FERNANDO PESSOA
( bajo su heterónimo de Alberto Caeiro )
Pues queréis que tenga un misticismo
Bien lo tengo.
Soy místico, más sólo con el cuerpo. Mi alma es sencilla y no piensa.
Mi misticismo es no querer saber
Es vivir y no pensar que vivo.
No sé lo que la naturaleza es: la canto. Vivo en la cima de un otero,
En una casa encalada y solitaria
Y esto me define.
Si él quisiera que yo creyese en él
vendría sin duda a hablar conmigo,
y cruzada mi puerta, casa adentro,
me diría: ¡Aquí estoy!
(Esto tal vez suene ridículo al oído
de quien, por no saber qué sea el mirar a las cosas,
no entiende al que habla de ellas
con el modo de hablar que el fijarse en ellas nos enseña.)
Pero si Dios es las flores y los árboles
y los montes y el luar y el sol,
entonces creo en él,
entonces creo en él a todas horas
y mi vida entera es una oración y misa
y una comunión con los ojos y por los oídos.
Pero si Dios es las flores los árboles
y los montes y el luar y el sol,
¿por qué llamarle Dios ?
Le llamo flores y árboles y sol y luar y montes;
porque si él se hizo, para que yo lo viese,
sol y luar y montes y árboles y flores,
si ante mí aparece como árboles y montes
y luar y sol y flores
es porque quiere que yo lo conozca
como árboles y montes y flores y luar y sol.
Y por eso, obedezco
(¿qué mas sé yo de Dios que Dios no sepa de sí mismo?).
Le obedezco al vivir tan espontáneamente
como quién abre los ojos y ve,
y le llamo luar y sol y flores y árboles y montes,
y le amo sin pensar en él,
y lo pienso al ver y oír,
y ando con él a todas horas.
AUTOR: FERNANDO PESSOA
( bajo su heterónimo de Alberto Caeiro )
Pues queréis que tenga un misticismo
Bien lo tengo.
Soy místico, más sólo con el cuerpo. Mi alma es sencilla y no piensa.
Mi misticismo es no querer saber
Es vivir y no pensar que vivo.
No sé lo que la naturaleza es: la canto. Vivo en la cima de un otero,
En una casa encalada y solitaria
Y esto me define.
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